San José de mi alma. Te veo tan bello, tan lleno de Luz… La humildad y el silencio te acompañan… Y esa mirada de sosiego de abandono y entrega total a la VERDAD más absoluta que llena por entero tu corazón, y se desborda como un río de AMOR que inunda la vida de María y tu Jesús…
Tres amores, tres vidas en una, caminando hacia el desierto, caminando hacia Belén y con maestría única trabajando en el taller… Al atardecer, los tres en oración entráis, a Dios vuestras vidas dais, en total abandono a su VOLUNTAD. Con toda mi devoción y amor a ti, mi S.José, y en nombre de Amistad en Cristo con María a un Nuevo Amanecer, descansamos porque eres también nuestro Custodio. Preséntanos con toda nuestra humildad a Dios Padre de la mano siempre de María y en íntima amistad en Cristo.
Concha Puig Eyre