Padre Antonio Honduvilla (semblanza)

SEMBLANZA:

El Padre Antonio Honduvilla Salto, nació en Huelves (Cuenca), el 21 de Febrero de 1931. Tuvo una madre muy piadosa; antes de que él naciera, pidió tener un hijo Jesuita. Sus estudios de bachillerato, los realizó en el internado de los Jesuitas de Madrid (calle Alberto Aguilera). A los 15 años ingreso en el Noviciado de Aranjuez. Completó su formación en Chamartín de la Rosa y en Granada, siendo ordenado Sacerdote, el 13 de Julio de 1962, en Madrid.
Pronto inició las tareas apostólicas predicando a obreros en fábricas y misiones en ciudades como Valencia y otras… Ya desde entonces se distingue por el ardor con el que realizaba su predicación, centrada en el Amor a Jesucristo y la respuesta del hombre a ese AMOR.

A lo largo de su vida fue transformándose en un enamorado de la Persona de Jesucristo, y sobre todo de la Santísima Trinidad, y profundizó en los tesoros de Misericordia que encierra el Corazón de Dios. Darlo a conocer fue su ideal y el sentido de su vida, no reparando en sacrificios y sufrimientos, no pocos , que encontró para su realización.

En 1971, fue destinado a Brasil, Región del Nordeste, Estados de Paraiba y Ceara. El amor a los pobres que desde niño había apercibido en su familia, tuvo allí un campo inmenso para ejercitarlo; y su celo apostólico en la Evangelización de aquel mundo pobre y como ovejas sin pastor— por la escasez de Sacerdotes— dedicándose al mismo tiempo, a la predicación de Retiros y Ejercicios Espirituales, para la formación de jóvenes y adultos, con el bien de preparar líderes y creyentes para la Nueva Evangelización.

Como fiel hijo de S. Ignacio de Loyola, su acción apostólica se torno infatigable, y el deseo de llevar a Dios a la gente que encontró en su camino, dominó por completo su vida y constituyó la esencia de su compromiso. Después de 24 años en Brasil, al que amó  y reconoció su gran delicadeza en el trato, respeto y hospitalidad, paso los últimos años de su vida en España (pero añorando mucho a su Brasil y todo lo que allí dejó).

Una nueva y filial etapa, en la que concentró su espiritualidad la preparación de encuentros y Retiros que han cristalizado en «Cenáculos de AMISTAD EN CRISTO, escuelas de la Nueva Evangelización», año 2000. Dios lo llamó, cuando estaba entusiasmado en afirmar esta obra, que hoy es continuada por un grupo de laicos. Dejó, en el año 2005 su antorcha a Concha Puig Eyre, cofundadora y presidenta de AMISTAD EN CRISTO, NUEVO AMANECER.

Cuento cómo me dejó su querida asociación:

Habíamos quedado en vernos, pero el día anterior me llama por teléfono y me dice «Concha, me acabo de llevar un disgusto con la responsable de la Iglesia… me ha cerrado la puerta… sabes Concha, yo me voy a retirar y te dejo a ti, para que prepares personas para dar Retiros, con mis apuntes, etc». Yo le contesté: «Pero Padre, ¡qué dice! Yo no preparo a nadie…» «Sí, Concha tú vas a continuar y a ser una ADORADORA del Señor». Yo no le hice caso, nos despedimos y quedamos para el día siguiente por la mañana, teníamos varias cosas que hacer, ERA INCANSABLE. Al día siguiente, por la mañana, suena mi teléfono y era de la Residencia de los Padres Jesuitas que me dan la triste noticia. ¡El Padre Antonio Honduvilla había fallecido! Sin comentarios, DIOS QUIERE AMISTAD EN CRISTO, se llevó al grande y santo y se lo dejó al inútil… y pequeño…  En todos ha prendido esta espiritualidad, difundiéndola desde entonces y está abierta a todos y al mundo, como siempre quiso el Padre Antonio.

En el recordatorio de su ordenación Sacerdotal, dejo estas frases elegidas por él (frases evangélicas):

«El Buen Pastor da la vida por sus ovejas»
«No he perdido a ninguno de los que me diste»
«Ven Señor Jesús».
–Sintetizaban sus anhelos–

Su presencia entre nosotros, fue agradable y fraterna, alegrándonos con su buen espíritu… Su gran celo en atender a los más pobres, en situaciones de sacrificio y sin mirar distancias.

Es mi deber como el de los grupos de Brasil, agradecer la presencia del querido Padre Antonio, entre todos nosotros. Mucho se dedicó a servir en varias comunidades, ayudando a los Sacerdotes y haciendo mucho en la formación de grupos de laicos. Seguro que Dios ha hecho por su medio, mucho bien a muchos… y sigue desde el Cielo ayudándonos…

A pesar de regresar a España, nunca abandonó a su querido Brasil. Volvió a trabajar transitoriamente en la Diócesis de Mariana, Estado de Minasgerais, era Arzobispo de la misma Don Luciano Mendes Almeida, el cual deseaba tenerlo en su Diócesis para muchos trabajos apostólicos. Murió el día 1 de Febrero  de 2005. El Padre Antonio pensaba estar 6 meses en Brasil y 6 meses en España.

Los 24 años que pasó en Brasil, por las rutas semidesérticas del Nordeste – por las grandes sequías – polvo y sudor, atendía a una Parroquia con once capillas. Celebraba cuatro Misas los domingos. Visitaba a los pobres y los atendía. Se empeñó en realizar una campaña para erradicar la extrema pobreza de aquel «sertao» terrible, llevando en el corazón el sufrimiento de la gente, habitantes de los llamados «cabestres», donde vivían como desconocidos, otro Brasil, decían.

Gracias a Dios ya no es tal aquella realidad, con los esfuerzos del Gobierno ya no existen aquellos Barrios, sobre los cuáles el Padre Antonio quiso llamar la atención precisamente del Gobierno.

Tengo que añadir el HORROR que el Padre tenía cuando oía blasfemar, se ponía a rezar en alto y a corregir al que blasfemaba contra DIOS PADRE, DIOS HIJO Y DIOS ESPÍRITU SANTO, eso fue los que nos unió. Tenía verdadera pena…