Invitación a reparar las ofensas a nuestro Dios y Señor

Soy un hombre de la calle, como abogado veo de todo en la vida, gente muy buena y otros muy malos. La época que nos ha tocado vivir induce a la confusión. Quieren erradicar a Dios de la vida pública y mezclan el bien con el mal de tal forma que al final todo esté confuso, y vale todo.

En este marasmo creo que hay que invitar a todo el mundo que camina por la calle, intentando distraer su atención, que cuando pasen por un templo se paren, miren la puerta y si está abierto entren, sin miedo. Invitarles desde aquí a que se arrodillen, o se sienten, y dejen que sus pulsaciones tranquilamente bajen de velocidad. Paren el tiempo y disfruten del silencio. Y cuando lo hayan conseguido miren al rostro de Jesús y le digan: “Soy todo oídos, dime qué debo hacer”. Y escuchen tranquilos y confiados, porque Dios desde su interior, en el silencio y en la quietud de su casa, les va a decir lo que tienen que hacer. Si entran muy mal verán con toda nitidez que Jesús nos comprende y no nos deja solos.

La crisis del mundo, como la de la Iglesia, es una crisis de santos. Así lo entienden Concha Puig y el P. José Antonio Iniesta (Presidenta y Sacerdote de Amistad en Cristo). Cualquiera que se atreva a entrar un primer jueves de mes en la Cripta de la Catedral de la Almudena a las 17.30h, no necesitará de palabras para convertirse y ver la Luz de Dios. Solo tiene que dejarse llevar, y en la solemnidad y belleza de la liturgia adorar a Dios, orar desde lo más profundo y celebrar la Santa Misa.

Porque en tiempos donde hasta la Misa se está vulgarizando, cuando en la Cripta oramos con la dirección del P. Iniesta, cuando asistimos a la Consagración y tenemos la posibilidad de recibir la Sagrada Eucaristía de rodillas, cuando rezamos por la reparación y contestamos repetidamente PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN, al salir tenemos la sensación de que hemos estado en el cielo, de que amamos a Dios y a todo el mundo. Incluso a los que han profanado las iglesias, porque también hemos rezado por ellos.

En Amistad en Cristo, frente a quienes propugnan la celebración del día mundial de la blasfemia, defendemos los días de la reparación, desde la mansedumbre del amor cristiano, pero desde su fortaleza e insumisión, porque como el propio Jesús dijo: “Si estos callan, gritarán las piedras”.

Pedro Cerracín.

Abogado.

Miembro de Amistad en Cristo.

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