¡¡Que alegría!! Hoy Solemnidad de Sagrado Corazón de Jesús. Para entrar en ese Corazón que nos AMA a cada uno en particular y sin medida… La humildad es muy necesaria pues nos hace salir de nuestro pobre yo, ver lo (poquito o la nada que somos) para dejarnos moldear, conducir y entrar en íntima amistad con nuestro Jesús amado.
Cerremos las puertas y ventanas de nuestro interior, y así, quedarnos en ese silencio que sólo un alma enamorada vive y escucha. Él nos va haciendo cada vez más suyos y moldeando a su manera, según la personalidad de cada uno de sus hijos tan amados.
Escucha: Venid a Mí los que estáis cansados y agobiados que Yo os aliviaré…. y… aprended de mí que soy manso y humilde de Corazón.
Oh Amor de los Amores mi pobre corazón es Tuyo todo mi ser.. todo nuestro ser, alma vida y corazón es TUYO!! EL MUNDO ENTERO ES TUYO!! RES NUESTRO REY ERES EL REY DE REYES ADORADO AMADO ALABADO Y REPARADO!!
Concha Puig
Oración:
Humildad del Corazón de Jesucristo, modela mi corazón. Alegría del Corazón de Jesucristo, dilata mi corazón. Amor del Corazón de Jesucristo, inflama mi corazón. Luz del Corazón de Jesucristo, ilumina mi corazón. Silencio del Corazón de Jesucristo, habla a mi corazón. Fortaleza del Corazón de Jesucristo, sostén mi corazón. Paciencia del Corazón de Jesucristo, soporta mi corazón. Celo del Corazón de Jesucristo, abrasa mi corazón. Reino del Corazón de Jesucristo, establécete en mi corazón.
Comentario:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré»
El Evangelio de San Mateo resume perfectamente lo que el Señor quiere de nosotros y en qué consiste el Amor que nos profesa y que tenemos que vivir con intensidad para sentirnos unidos a Él.
Es el Corazón de Jesús la gran referencia de ese amor que el pueblo de Israel experimenta al sentirse elegido y que ahora se hace especialmente cercano en su persona. Ya no hay que estar mirando hacia arriba o escuchar a los profetas: el propio Dios se hace carne, sentimiento y nos invita a acercarnos a Él corazón con corazón porque “soy manso y humilde” y “mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
Este “abajamiento”, esta actitud de confidencia y cercanía entrañable de Dios que nos llena de consuelo nos supone también una grave responsabilidad: la de ser para nuestros hermanos los hombres un motivo de esperanza y cercanía en estos tiempos donde hay tanta desconfianza y tan poco amor y comprensión.
Jesús nos invita a no desesperar, a no rendirse ante el cansancio de tanta mediocridad y fiarnos de Quien cada día se hace especialmente presente en esa llamada interior que nace de su corazón y busca el nuestro. Padre Jorge Miguel.
