Día de San José

«El santo ejemplo de Jesucristo, que mientras estuvo en la tierra honró altamente a San José, obedeciéndole durante toda su vida , debería ser suficiente para inflamar todos los corazones de devoción a este santo» Amén.
San Alfonso María de Ligorio

Oh nuestro S. José, guíanos en el camino de nuestra vida, sabes que tampoco es fácil…
Intercede por todo este grupo y nuestras familias, derrama tu bendición y gracia, misericordia y valentía. ¡defiéndenos de todo mal, y amparados en la hora de nuestra muerte

Concha Puig

Fotos del Retiro de Cuaresma de Amistad en Cristo

Ayer Amistad en Cristo con María a un Nuevo Amanecer, celebramos nuestro encuentro Cuaresmal para preparar la Semana de Pasión.

Como sabéis nos lo dio el P. Carlos Melero. Javier Reyes Mora nos acompañó con sus bellas canciones religiosas llenas de amor a Dios. Compartimos también un café a media mañana.

Os tuvimos presentes ante el Señor a todos aquellos que no pudisteis asistir, a todas las personas que desde otros lugares de España y América formáis parte de nuestra Familia de Amistad en Cristo con María. Nos acompañó nuestra Madre Rosa María.

Os compartimos unas fotos del precioso encuentro. ¡Os esperamos para el próximo!

Concha Puig

Reflexión al Evangelio del Domingo 19 de marzo

HOY NUESTRO S. JOSÉ EL SANTO DE LA HUMILDAD Y EL SILENCIO QUE SEA UN EJEMPLO PARA TODOS NOSOTROS GRACIAS

Evangelio (Jn 9,1.6-9.13-17.34-38)

Y al pasar vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento. Entonces, escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, lo aplicó en sus ojos y le dijo:

— Anda, lávate en la piscina de Siloé — que significa: “Enviado”.

Él fue, se lavó y volvió con vista. Los vecinos y los que le habían visto antes, cuando era mendigo, decían:

— ¿No es éste el que estaba sentado y pedía limosna?

Unos decían:

— Sí, es él.

Otros en cambio:

— De ningún modo, sino que se le parece.

Él decía:

— Soy yo.

Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. El día en que Jesús hizo el lodo y le abrió los ojos era sábado. Y los fariseos empezaron otra vez a preguntarle cómo había comenzado a ver. Él les respondió:

— Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo.

Entonces algunos de los fariseos decían:

— Ese hombre no es de Dios, porque no guarda el sábado.

Pero otros decían:

— ¿Cómo es que un hombre pecador puede hacer semejantes prodigios?

Y había división entre ellos. Le dijeron, pues, otra vez al ciego:

— ¿Tú qué dices de él, puesto que te ha abierto los ojos?

— Que es un profeta — respondió.

Ellos le replicaron:

— Has nacido en pecado y ¿nos vas a enseñar tú a nosotros?

Y le echaron fuera. Oyó Jesús que le habían echado fuera, y cuando se encontró con él le dijo:

— ¿Crees tú en el Hijo del Hombre?

— ¿Y quién es, Señor, para que crea en él? — respondió.

Le dijo Jesús:

— Si lo has visto: el que está hablando contigo, ése es.

Y él exclamó:

— Creo, Señor — y se postró ante él.

Audio de la Homilía del Padre Ignacio, sacerdote de la Iglesia de San Bonifacio:

«Que no me aparte de Ti»

“TEN CUIDADO Y GUÁRDATE BIEN DE OLVIDAR LAS COSAS QUE HAN VISTO TUS OJOS Y QUE NO SE APARTEN DE TU CORAZÓN MIENTRAS VIVAS; CUÉNTASELAS A TUS HIJOS Y A TUS NIETOS.” (Deuteronomio 4, 9)

Hoy quiero hablar contigo especialmente sobre algo que me pasa habitualmente.

Muchas veces ando por la vida muy cerca de Ti, confesándome a menudo, rezando el rosario, haciendo oración. Suele ser tras algún momento de gracia que haya tenido o algo que haya vivido con especial intensidad (un retiro, un momento de oración, un plan con la parroquia…)

Pero por desgracia luego olvido ese impulso y vuelvo a distanciarme de Ti. Soy consciente de que la práctica de mi fe no está bien cimentada en la roca. Aunque pasado el tiempo no sienta lo mismo, no debo olvidarme ni dejar de esforzarme por lo que en otros momentos me sale con facilidad. Y no sólo eso… toda esta fe viva que tengo dentro de mí, debo ser capaz de enseñársela a mis hijos, a mi familia y a mis amigos.

La fe debe transmitirse principalmente en el seno de la familia. Nadie puede sustituir ese papel. Ni el colegio, ni la parroquia. Nadie como un padre enseña a rezar a su hijo, enseña a querer a Jesús. Si nuestros hijos nos ven rezar, rezarán. Y aún más… nos pedirán que les enseñemos. El día que mi hijo/hermano/amigo… me pida que le enseñe, sabré que estoy en el buen camino.

Padre Jesús Mateos

«No juzguéis y no seréis juzgados»

NO JUZGUÉIS, Y NO SERÉIS JUZGADOS; NO CONDENÉIS, Y NO SERÉIS CONDENADOS; PERDONAD, Y SERÉIS PERDONADOS; DAD, Y SE OS DARÁ: OS VERTERÁN UNA MEDIDA GENEROSA, COLMADA, REMECIDA, REBOSANTE, PUES CON LA MEDIDA CON QUE MIDIEREIS SE OS MEDIRÁ A VOSOTROS (Lucas 6, 37-38)

¡Qué difícil es no juzgar cuando creo que el otro se lo merece! Sin embargo, cada persona es por dentro tan compleja, tan preciosa y tan insondable para los demás, que siempre me equivocaré en mis juicios. Y aunque no fuese así, solo Tú, mi Dios, puedes juzgar el corazón del hombre, no yo.

Señor, dame la gracia de perdonar al que me ha ofendido aunque él no sea capaz de pedir perdón. Dame las fueras para entregarme al prójimo con una medida colmada y rebosante, no por lo que pudiera recibir yo después, sino para Tu pura gloria. No permitas que me juzgue según la regla de los mínimos: hacer lo mínimo para no pecar, lo mínimo para que no se enfade mi familia, lo mínimo para tranquilar mi conciencia.

Quiero apostar grande por mi vida. Quiero que cuando nos encontremos tras esta vida pueda ofrecerte algo valioso. Quiero llegar con el alma transparente, pero las manos llenas y sucias de trabajar por Ti. Llenas de prójimo y de ti.

Padre Jesús Mateos

Señor, desde que te conozco…

«Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundado y hacerla germinar, para que de semilla al sembrador  y pan al que come, así será mi Palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que cumplirá mi deseo y llevará a cabo mi encargo» Isaías 55,10-11

     SEÑOR, desde que te conozco, me has hecho comprender desde tu Luz:

-Mi pequeñez, mi miseria…

-Tu grandeza, tu amor, tu salvación

-Mi pecado, mi ceguera, mi ingratitud, mi incomprensión…

-Tu ternura, tu delicadeza, tu Misericordia, tu paciencia…

-Mi egoísmo, mi agresividad…

-Tu morada, tu Madre, el Amor Trinitario, el Amor a los hermanos

-Te has hecho presente, Señor, curando mis llagas, mis heridas, y mostrándome con ello cómo debo amar: curando Señor las llagas de los otros, en lugar de descubrirlas cruelmente…

-Te has hecho presente mostrándome a mis hermanos como un regalo tuyo y como tal gozarme en ellos y recibirlos y amarlos…

-Me has hecho comprender que todo lo eterno es Gracia y que es lo único que tiene realmente importancia…

-Me has hecho ver y gustar que la vida no la quiero ni me pertenece si no es mirándote a Ti, viviendo en Ti por medio de tu Espíritu…

-Que tu Espíritu nos mueve, nos purifica, habita en nosotros, nos recrea de nuevo, nos llena de tu Amor y tu Presencia, nos hace contemplar tu Gloria y desearte solo a Ti…, desear tu Presencia, desear conocer y realizar únicamente Tu Voluntad… buscarte solo a Ti y gozarnos solo en Ti….

-Tu Amor, Señor,  tu Presencia, nos libra fundamentalmente del pecado, del demonio… Tú Señor no permites que la tentación traspase nuestras murallas, nos haces tuyos, ovejas de tu rebaño y nos rodeas con tu brazo y nos alimentas con tu Cuerpo, con tu Sangre, con tu Espíritu y nos conduces a tú Corazón y nos muestras el Amor Trinitario, la inhabitacion de las Tres Personas y cómo nosotros somos imágen de la Trinidad…

-Y nos llevas hacia María, tu Madre, que nos conduce más y más a Ti, porque todo hijo recién nacido necesita la protección de su madre, y nos haces sentir su presencia para que nos sintamos seguros…

-Señor, Tú nos vas mostrando nuestro interior, todo lo que hay en él para enviarnos tu Espíritu sanador y purificador, y nos haces vernos a nosotros mismos sin tapujos pero sin amargura… nos haces saber que tu Misericordia es infinitamente más fuerte y poderosa que todos nuestros pecados y miserias y nos muestras tu Amor constante y hasta el final, hasta la Humillación, el dolor, el sufrimiento y hasta ganar para nosotros tu Espíritu, porque nos conoces y sabes que sin Él quedaríamos encerrados en nuestra propia limitación, en nuestra propia carne…

-Tú Señor, con el poder de tu Espíritu nos vas vaciando de todo para poder habitar en nosotros, y en este vaciarnos nuestra voluntad se va asemejando a la tuya, de reducir todo a la Voluntad del Padre…

-Nos entregas tu Palabra para ser alimento de nuestra alma y para indicarnos tu Voluntad, y nos recreas en ella y por ella nos das la Paz y el Gozo…

-Y nos muestras tu Paz, no como la da el.mundo, y esa Paz nos la haces sentir hasta dentro, en nuestras propias entrañas, como si quisieras que formará parte de nuestro ser…

-Y nos muestras también cómo Tú eres el Camino cómo insertados en ti somos Camino con el Camino, y cómo «perdemos el ganado que antes seguíamos»…

-Tú Señor, nos haces sentir el gozo de pertenecerte sólo a Ti y de darnos a los demás, amarlos desde ti, y este gozo nos quiere dar a entender lo que será el gozo eterno de contemplarte y cantar y proclamar tu Gloria… y nos permites gozarnos en tu Santidad, y Adorarte y no desear otra cosa sino esta contemplación de tu Santidad y en Adoracion constante y permanente…

-Y nos muestras que la Fé es como el cordel para el alpinista  en el cual se apoya para subir más y más a tu Presencia… pero el cordel Tú también nos lo das…

-Y que la Esperanza es la visión de futuro como tiempo presente, en el gozo de que «todo se ha cumplido»…

-Y nos muestras la Unidad, cómo somos uno en tu Cuerpo, y cómo el dolor es compartido, y cómo podemos vivir en Comunión con los otros, y cómo duele no sólo nuestro pecado, sino también el de los otros, porque somos uno en Ti y sentimos en nosotros tus padecimientos por todos y cada uno; y también nos podemos gozar en el.Amor y el reflejo tuyo y tus dones en los otros y cómo podemos participar de ellos en Tu Santo Espíritu y alabarte uniendo nuestras voces y todo nuestro ser a todos los Santos y cuantos te conocen y te Aman…

-Y cómo Señor, ya no importa nada, cómo ya no nos miramos a nosotros mismos, ni siquiera a nuestros pecados, porque tenemos la mirada puesta en Ti y Tú eres el.unico que importa…

-Tú eres todo Señor, Tú eres Todo en todos… Tú eres el único, Tú eres el Cordero degollado ante quién me arrodilló y ante quién no soy digna de levantar la vista… Solo Tú mirada me purifica y Tú Cruz me anima a dejarme salvar por Ti y desear Resucitar contigo para Alabarte, Bendecirte y darte Gracias eternamente…!!!

Señor, Tú lo puedes todo, haz que mis obras sean fruto del Amor que has puesto en mi corazón, para que todo en mí pueda gritar a una con los que te Aman que tuya es toda la Gloria y el Poder y el Amor y que sólo en Ti está la Vida  la Verdad y el Gozo eterno AMÉN

De una Adoradora de Amistad en Cristo

Reflexión al Evangelio del Domingo 5 de marzo

Qué alegría cuando me dijeron vamos….a nuestra cita maravillosa alrededor del Altar contemplando, enamorándonos, empapándonos, viviendo todos… en el Corazón de nuestro Dios y Señor ¿Hay algo más grande? Pidiendo los unos por los otros para convertir nuestra vida en un fuego de Amor que enciende, transforma y nos hace nuevos, ya que ese fuego es Tu AMOR Jesús amado.

Concha Puig

“No es para quedarse en una ámbula de oro que Jesús desciende todos los días del cielo, sino para encontrar otro cielo, el de nuestra alma, donde encuentra sus delicias”.
Santa Teresita del Niño Jesús.

Evangelio de hoy: San Mateo 17, 1-9
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: Señor, ¡qué bien se está aquí! Sí quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»

Señor, ¡qué bien se está contigo!
Despierta este deseo en todos tus pobres hijos de necesitarte Jesus Amado, de desear estar contigo Adorándote y Reparando….y dejándonos amar por Ti….
QUÉ BIEN SE ESTA CONTIGO🔥
Pronto te recibiremos. ¡¡Qué alegría!!

Reflexión al Evangelio:

La TRANSFIGURACIÓN es para todos… cuando Jesús dice a Pedro, Juan y Santiago «no contéis lo que habéis visto y oído, hasta que yo resucite de entre los muertos», porque quién puede creer en Jesús, Hijo de Dios, sino por la revelación del Espíritu Santo que tras su Resurrección nos enviaría a cada uno, a su Iglesia…

Tantas veces hemos leído, escuchado el relato de la Transfiguración, así, como un relato-testimonio, hasta que nos ha sido Revelado en nuestro corazón, por el Espíritu Santo que habita en nosotros por el Bautismo, sí, pero después por haber escuchado y abierto la llamada de Jesús a nuestra puerta y así ha ido inundando todo nuestro ser de su Amor, su Luz, su Fuerza. Y nos ha ido Transfigurando en Él a los que hemos quedado «Atrapados» en ese Amor que nos introduce en el Amor Trinitario, en su manifestación en el Mont, en la Eucaristía, en la Elevación de nuestro corazón en medio de cada humana circunstancia que Dios nos pone delante en cada momento. Misterio que sólo el Espíritu Santo nos da a conocer. Como dice Benedicto XVI en su referencia a la Transfiguración «contemplar al Señor es, al mismo tiempo, fascinante y tremendo…» Cada uno de nosotros, sabemos por qué.

Rosario Aguilar

¡Feliz y Santo Domingo a todos!

«Ven en mi ayuda»

VEN EN MI AYUDA, QUE ESTOY SOLA Y NO TENGO OTRO SOCORRO FUERA DE TI

“Todo ser humano procede de la mano de Dios, y todos sabemos algo del amor que Dios siente por nosotros. Sea cual sea nuestra religión, sabemos que si realmente deseamos amar hemos de aprender primero a perdonar, antes que cualquier otra cosa” (Santa Teresa de Calcuta)

Había un joven que iba a morir tras una larga enfermedad, pero no estaba en paz y luchaba contra la muerte. Una mujer le preguntó delicadamente si había algo que le retuviera, algo que ella pudiera intentar hacer para ayudarle, y él le dijo que quería ver a su padre. La mujer consiguió contactar con el padre, y cuando éste vino a verle, el padre abrazó a su hijo llorando:

  • ¡Hijo mío! ¡Mi querido hijo!
  • ¡Perdóname! ¡Perdóname!- le suplicó el hijo.
    Los dos se abrazaron con cariño. Unas horas más tarde el joven murió.

Cuando eres consciente de que estás necesitado de perdón, es más fácil perdonar, pero a su vez, debes sentirte perdonado para poder perdonar. El primero que perdona siempre es Dios, por grave que sea la falta. Lo único que tienes que hacer es pedirle perdón.

La confesión es un acto inmenso de amor. Es la humildad demostrada con hechos. El pecado te separa de Cristo con una brecha cada vez mayor. Cuando el amor está dividido, cualquier cosa puede llenar ese hueco. La confesión es el lugar donde permito que Jesús me vuelva a atraer hacia Él.

Padre Jesús Mateo