Reflexión al Evangelio del Domingo 11 de septiembre

Que alegría cuando nos dijeron… Vamos a nuestra cita semanal alrededor del Altar… no olvidemos nunca la unión hace la fuerza y MAS cuando esta unión sale del olvido de uno para ser Cristo el que vive en nosotros y desde su AMOR vivimos, amamos, perdonamos, somos uno en, por y con ÉL…qué maravilla!!! Señor Amado y jamás olvidado.. .

Quien sabe lo que vale una Misa procura no perder ninguna.
Hay quienes dicen que no van a Misa porque no sienten nada. Están en un error.

El cristianismo no es cuestión de emociones, sino de valores. Los valores están por encima de las emociones y prescinden de ellas. Una madre prescinde de si tiene o no ganas de cuidar a su hijo, pues su hijo es para ella un valor.

Quien sabe lo que vale una Misa, prescinde de si tiene ganas o no. Procura no perder ninguna, y va de buena voluntad.

P. Jorge Loring S.I.

Evangelio según San Mateo 18, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:-«Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos.
Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

  1. “Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano”, qué texto tan hermoso que nos introduce de un modo claro en cómo vivir la caridad entre nosotros cristianos corrientes, mediante la corrección fraterna.
    En la homilía pronunciada en la Misa de la apertura de uno de los Sínodo de Obispos que trató sobre la Eucaristía, el papa Benedicto XVI denunció los intentos de desterrar a Dios de la vida pública, a la vez que advertía que admitir su culto sólo en el ámbito privado no es tolerancia sino hipocresía, para añadir a continuación “allí donde el hombre quiere convertirse en único jefe del mundo, no puede existir la justicia. Domina sólo el arbitrio del poder y de los intereses”. Era todo un desafío a los poderes políticos, culturales y económicos que intentan el tremendo disparate de desterrar a Dios de la sociedad de nuestros días.
    Al día siguiente de la apertura, Benedicto XVI sorprendió a los Padres Sinodales invitándoles a acudir al sacramento de la Reconciliación y a practicar entre sí la corrección fraterna, que es una obra de misericordia. En tono marcadamente espiritual, el Papa señaló, incluyéndose en el comentario, “que ninguno de nosotros se ve bien a sí mismo, ve bien los propios defectos. Por eso es un acto de amor ayudar a corregirse. Pienso que una de las funciones de la colegialidad es precisamente ayudarse a conocer las propias lagunas, que nosotros mismos no queremos ver”.
    El mensaje fue claro: antes de analizar los problemas de la Iglesia es necesario un examen de conciencia sobre los propios problemas y renovar el deseo de ayudar a los demás pues, según Benedicto XVI, “en tantas situaciones difíciles que se plantean hoy en nuestra pastoral, alguno se encuentra realmente desesperado, y no ve cómo puede salir adelante. En ese momento tiene necesidad de consuelo”.

Padre Javier Miras

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