El Padre Álvaro Cardenas, nos manda el santoral que hoy celebramos de nuestros Mártires asesinados por no querer renegar ni blasfemar contra Dios Padre Hijo y Espíritu Santo. Ellos interceden por Amistad en Cristo de una manera especial pues un poco como ellos estamos para defender TU SANTO NOMBRE SEÑOR Y REY DE CIELOS Y TIERRA.
Concha Puig
Hoy lunes 6 de noviembre celebramos a nuestros mártires asesinados por odio a la fe en la más intensa persecución religiosa de la historia de la Iglesia, de 1934 a 1939, y que han sido elevados a los altares: 1523. Otros miles están en proceso de ser elevados a los altares.
Dieron su vida por una España libre de odios y divisiones en la que sus hijos pudieran ser libres y adorar a Dios.
Murieron confesando su fe en la soberanía amorosa y universal de Jesucristo Rey, multitud de ellos al grito de ¡Viva Cristo Rey!
Ofrecieron a Dios sus vidas con el deseo de no descansar hasta ver reinar a nuestro Señor en el corazón de cada uno de los españoles y en nuestras instituciones, hasta el triunfo del Reinado Social de su Sagrado Corazón.
Su preciosa sangre intercede por nosotros ante el trono del Altísimo.
No dejemos de demandar su ayuda desde el Cielo con nuestras súplicas. Que no por nuestra negligencia no tengan que estar ociosos porque no les pedimos su ayuda.
¡Este ejército de nuestros mártires son nuestra esperanza, la ayuda que el Cielo nos envía para vencer con ellos en estos tiempos calamitosos de destrucción y zozobra!
Oremos juntos:
Oh Dios, que enviaste a tu Hijo, para que muriendo y resucitando nos diese su Espíritu de amor.
Nuestros hermanos mártires del siglo XX en España mantuvieron su adhesión a Jesucristo de manera tan radical y plena que les permitiste derramar su sangre por Él.
Danos la gracia y la alegría de la conversión para asumir las exigencias de la fe; ayúdanos, por su intercesión, y por la de María, Reina de los mártires, a ser siempre artífices de reconciliación en la sociedad y a promover una viva comunión entre los miembros de tu Iglesia en España; enséñanos a comprometernos, con nuestros pastores, en la nueva evangelización haciendo de nuestras vidas testimonios eficaces del amor a Ti y a los hermanos.
Te lo pedimos por Jesucristo, el Testigo fiel y veraz, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Mártires de Cristo Rey, rogad por nosotros.
