En el contacto con los demás, es donde descubrimos el estado de pecado de nuestro corazón, nuestros rencores, nuestro protagonismo… Esa es tu carga en la Cruz, y cuando ponemos nuestra carga en tu Cruz, estamos salvados… Quisiéramos quedarnos con nuestra carga, y sentirnos culpables, y masticar nuestra propia miseria… Pero Tú nos ofreces tu Cruz, y nos haces desear tu salvación desde la Fe y el Amor que has sembrado en nuestros corazones… Señor, aunque indigna, espero tu Salvación y la estoy palpando ya… Vence en mí la tentación de adueñarme de mis pecados y ayúdame a dar sentido a tu Cruz por mí, poniéndome ahí con toda mi carga… y dame la humildad necesaria para acoger tu Sacrificio y tú Salvación… Señor, te doy las gracias, y quiero dártelas cumpliendo tu Voluntad… Señor, te pido hoy también que me ayudes a acoger tu voluntad y vivir en ella…, qué tu voluntad sea para mí como el aire necesario para la vida… Qué tú voluntad y tú amor sean mi único alimento y que crezca más y más hacía la Vida a que me llamas, en Comunión con todos tus hijos…!!!! «Aquel día, brotara un renuevo del Tronco de Jese, y de su raíz florecera un vástago. Sobre él se pasará el espíritu del Señor» Is.11-1
Rosario Aguilar
