Tú estás siempre conmigo

«Tú estás siempre conmigo… todo lo mío es tuyo…». No es bastante, para un Dios-Padre, que vivamos fielmente con ÉL, que habitamos en su Casa, si no amamos a nuestros Hermanos como ÉL nos Ama… Como el Padre, alcemos nuestra mirada para atraer a los que están lejos… Su Misericordia cubre nuestros pecados y nos trae a su propia vida en un nuevo encuentro… El primero como vuelta a casa (vacío, soledad, impotencia…). Los siguientes al constatar, ser conscientes de la esclavitud del corazón, de la oscuridad de nuestra vida, a la Luz del encuentro con el Padre, y sentir la repugnancia de Dios por el pecado… Y la entrega de todo al Padre que nos purifica y nos salva… Experimentar su Misericordia que nos entrega al Hijo para ser Hijos en Él… y celebremos así con Alegría el Amor de Dios que se renueva cada día en el Banquete de su Altar, en nuestro corazón… y que nos mueve en Alabanza y Acción de Gracias continua, porque Grande es su Amor y su Misericordia para con nosotros sus Hijos, y «por qué siendo Hijos también herederos de Vida Eterna…» Amén

Rosario Aguilar

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