Todo lo que turba no viene de Dios. Él es la Paz.

Sor Josefa Menendez :
Para conseguir la paz, no debemos desear nada, ni ligar nuestro corazón a nada que no haya sido de antemano presentado a Dios y colocado en el Corazón de Jesús a fin de quererlo en Él y para Él. Todo lo que turba no viene de Dios. Él es la Paz.
«No saben mis almas cómo descansa mi Corazón entrando en el suyo, pequeño y miserable pero todo mío. No me importan las miserias, lo que quiero es el amor. No me importan las flaquezas lo que quiero es la confianza. Estas son las almas que atraen al mundo la misericordia y la paz».
El alma que confía plenamente en Dios no puede perder la paz. El alma que sabe que Dios la ama, no puede perder la paz. El alma que conoce la Misericordia de Dios no puede perder la paz.
«Descansa en Mí y mi paz como Yo descanso en tus sufrimientos. Yo soy la Paz.
El alma que no pierde la paz, que se muestra ecuánime y equilibrada, vive ya en el mundo sobrenatural. Nada adverso la hiere, su vista está fija en Dios que todo lo puede y la ama.
Corazón de Jesús:
Consérvame la paz en medio de mis dolores.
Sostenme para conservar la paz en mis sufrimientos.
Reina en mí para vivir de paz.
Corazón de mi Jesús:
Que Tu Paz me inunde de santa alegría.
Que Tu Paz me fortalezca.
Que Tu Paz me sostenga en el sacrificio.
Que Tu Paz gobierne las almas y el mundo.
Práctica. No te intranquilices por pequeñeces, no te irrites por nonadas, conserva tu paz ante esas mil contrariedades que constantemente nos trae la vida cotidiana. Amen

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