Tenemos que pensar mucho en la Comunión, no es Comulgar y ya está, ¡¡no!! ¡¡¡No!!! ¡¡¡No!!!
La Comunión nos da, mis queridos amigos, la gracia del amor, y hace falta una gracia especial para amar a Dios, con ese AMOR DE ÍNTIMA AMISTAD… Cuanto más lo recibimos pero conscientes de quién entra en nuestro corazón, más lo Adoramos, más Reparamos, más vibra y se inflama nuestra alma porque las brasas de nuestro pobre amor arderán con el fuego del Amor de Dios. Es tan íntima la unión de Jesús con el alma en la Comunión, que de alguna manera pierde su propio ser, ¡para dejar vivir solo a Jesús! ¡¡Es algo tan grande!! Que cuanto más fuerte es el amor, más crece esa intimidad y ya no puedes dejarlo… El alma se funde en Jesucristo.
¡¡¡AMISTAD EN CRISTO como una gota en un océano!!! Como dice el Cantar de los Cantares: «Mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.»
Dice San Agustín: «Ves la Trinidad, si ves al Amor».
Concha Puig