Reflexión al evangelio domingo 16 de mayo

Que alegría 🎶🎼 cuando me dijeron vamos…💒 a celebrar todos unidos la gran fiesta de la Santísima Trinidad.💞💞💞
DONDE ESTÁ EL AMOR HAY UNA TRINIDAD, UNO QUE AMA, UNO QUE ES AMADO Y UNO QUE ES EL AMOR. S. Agustin

Concha Puig

¡Oh Dios Trinidad Eterna!, ¿Que más podías darme que a Ti
Mismo?, ¡ Bien sobre todo bien, Belleza sobre toda belleza!
¡Zarza ardiente de caridad!
Mi naturaleza es el fuego,
me has plasmado con el fuego de Tu Amor,
¡Suma bondad, eterna dulzura!
Oh abismo de caridad!
Mirándome en Ti he visto que soy Tu imagen.
¡ Oh Trinidad eterna!
Tú eres el Creador, y yo Tu creatura!
Saciándose el alma en Tu abismo
siempre queda sedienta de Ti,
Fuego que nutres de Amor insaciable,
¡Oh abismo de caridad! Amen
Santa Catalina de Siena

Evangelio según San Mateo 28,16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Palabra de Dios 💥

Cuenta el P. Javier Mira 🔽
Estos días en las Primeras Comuniones del Colegio que atiendo les he contado una anécdota que siempre me conmueve:
En un colegio en que las religiosas estaban preparando a los niños para la Primera Comunión, acudió el Señor Obispo a visitar a los niños que se preparaban. Preguntó por el que se supiera mejor el Catecismo. Le presentaron a una niña de 7-8 años, con cara de sabia.
El Obispo le preguntó:

  • Dime, ¿dónde está Dios?; La niña respondió perfectamente: Dios está en todas partes, en el Cielo, en la tierra, el sagrario, etc.
  • Muy bien, le dijo el Obispo; dime ¿también está en el bolsillo de tu uniforme?; la niña metió la mano en el bolsillo de su uniforme, removió la mano, miró al Obispo con unos ojos enormes, tomó su tiempo, respiró profundo, y dijo:
  • Sí, también está en mi bolsillo;
  • Pues, enséñamelo, dijo el Obispo; la niña puso cara de asombro, y sin sacar la mano del bolsillo después de revolver dentro, dijo con voz clara:
  • Señor, Obispo, sabe qué pasa, pues que Dios es tan grande que no lo puedo coger, y tan pequeño que se me escapa.
    No os podéis imaginar la cara, en este caso, que puso el buen Obispo.

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