Consagración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén

Buscarte solo a Ti

Buscarte solo a Ti

Hoy Señor, te presento los frutos de mi vida, todos ellos no valen ni a los ojos de los hombres, ni a los tuyos… Te los presento porque Tú has venido a salvar lo que estaba perdido… porque las obras de mis manos no valen nada, pero Tú Señor llamas a nuestra puerta y cuando entras todo lo dejas lleno de Ti… y en eso está nuestra esperanza, en que Tú vienes a salvar lo que estaba perdido, y lo salvas….      

SEÑOR, que todo lo que late en mí sea una acción de gracias continua… qué toda mi miseria se convierta por Tú Amor en Amor a los otros… Qué todas las pruebas, las humillaciones las reciba como de Ti para ir a Ti sin nada, vacía de todo orgullo y de otro apoyo que no seas Tú, porque solo Tú acoges a aquellos que sabemos de nuestra pobreza… solo Tú, conociéndonos como nos conoces, nos Amas así como somos con ternura infinita…

Rosario Aguilar

San José, hombre de la Providencia

La providencia es uno de los conceptos más importantes y relevantes de la concepción cristiana del mundo. “Llamamos divina Providencia las disposiciones por medio de las cuales Dios conduce la creación hacia esta perfección”, nos recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 302). Dios es solicito por el bien de lo que ha creado. El no crea para luego abandonar a su creatura. De modo especial los seres humanos gozan de un especial cuidado por parte de Dios. Jesús dijo a sus discípulos en el sermón de la montaña: “Buscad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mt 6, 33). Él los invita a abandonarse con confianza a este cuidado, añadiendo: “No os afanéis por el mañana, porque el mañana tendrá sus inquietudes. A cada día le es suficiente su afán” (Mt 6, 34).

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Espíritu Santo, Don y Amor

Por Beatriz Azañedo, publicado en Cathopic.com

Pentecostés era una de las tres grandes fiestas judías y muchos israelitas peregrinaban a Jerusalén durante estos días para adorar a Dios en el templo. En el origen de esta gran fiesta, daban gracias a Dios por la cosecha del año y más tarde también se recordará en este día la Ley dada por Dios en el Monte Sinaí.

Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar y de repente sobrevino del cielo un ruido, como de viento que irrumpe impetuosamente, y llenó toda la casa en la que se hallaban. Entonces aparecieron lenguas como de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas.

HECHOS APÓSTOLES 2, 1-13
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El deseo profundo del hombre

Por Beatriz Azañedo, publicado en Cathopic.com

El pintor Giorgio de Chirico tiene una obra de arte llamada: La nostalgia de lo infinito. En la imagen, podemos ver la silueta de dos personas y una gran torre muy alta detrás de ellas.

Una frase que escuché hace un par de años y que sigue resonando en mi interior a día de hoy dice así: hasta el más ateo desea el infinito.

Las personas suelen relacionar conceptos como “eternidad”, “infinito”, con los que somos creyentes. Y no están equivocados, pero la verdad es que hay un deseo imborrable e intransferible de eternidad en todo ser humano, en los más creyentes y en los menos, de aquí la frase anterior.

La religión es una necesidad para el hombre. Éste lleva a Dios en el fondo de su corazón.

MISIONERO JERÓNIMO USERA


Hay un deseo en nuestro interior de una belleza tan fuerte que nos puede producir incluso cierta nostalgia.

El ser humano por su naturaleza es finito, limitado, imperfecto. De aquí la complejidad de que convivan en nuestro interior una finitud, por lo que somos, junto a un deseo insaciable de infinitud.

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Derecho a la blasfemia

Derecho a la blasfemia

[Artículo publicado originalmente en Mundofinanciero.com]

Por Pedro Cerracín, abogado y miembro de Amistad en Cristo

En estos días la opinión pública francesa se encuentra dividida por el llamado “caso Mila” y el llamado “derecho a blasfemar”. Una estudiante francesa de 16 años llamada Mila, publicó el pasado 19 de enero un vídeo en una cuenta Instagram criticando al Islam: “Odio la religión, en el Corán solo hay odio, el Islam es una mierda. A vuestro Dios le meto el dedo en el culo”.

Dicho vídeo se hizo viral y posteriormente las amenazas contra su autora se han producido a una velocidad e intensidad máxima. Y, por si faltaba algo el presidente francés Macron se unió al debate público explicando que en Francia hay libertad de expresión y derecho a blasfemar. Y el 18 de febrero pasado, ha pronunciado un discurso en la ciudad francesa Mulhouse, en el que ha anunciado un plan de acción para evitar lo que el presidente francés ha dejado de llamar “comunitarismo” denominándolo “separatismo islamista” al considerar que los creyentes musulmanes sitúan las leyes religiosas por encima de las leyes de la República. En estas mismas fechas en España se ha producido la comparecencia de un tal llamado “Willy Toledo”, que va por los mismos derroteros, defendiendo el llamado derecho a blasfemar.

La interrogante surge sola respecto a los casos y sociedades en que las leyes políticas permiten herir y atacar los sentimientos religiosos, con escarnios e insultos propinados contra las creencias religiosas, contra sus normas, Dios, la Virgen, los Santos, etc. ¿Están permitidos los insultos a los valores y normas civiles? Porque es evidente que la llamada ley de la mayoría y sus dogmas, tienen múltiples agujeros contra los que dirigir el humor, los insultos y el escarnio. Si las leyes civiles expulsan a las leyes religiosas del mapa del respeto, ¿en qué se basan para exigir que las personas religiosas no expulsen de sus conciencias las leyes civiles?

Por eso creo que hay que reflexionar y tener claro que el respeto debe producirse en ambas direcciones. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Aunque en los momentos actuales que los políticos pretenden su propia deificación e imponer sus propios mandamientos hasta en cuestiones absolutamente íntimas y personales, les costará entenderlo. En cualquier caso un pulso entre ley civil y ley religiosa no parece conveniente para la paz civil y la convivencia en una sociedad verdaderamente avanzada.

La conversión, ser un hombre nuevo

Por Beatriz Azañedo, publicado en Cathopic.com

¿Qué es la conversión? ¿Nos podemos volver a convertir?

La palabra “convertir” viene del latín convertere, que significa “volver completamente”, “girar”, “cambiar”. Es un “volver” hacia algo o hacia alguien. Por lo tanto, la conversión cristiana supone volver hacia aquello de lo que nos habíamos alejado: de Dios; o en muchos casos, conocer y reconocer a Dios por primera vez.

Conversión es el paso de la ignorancia a la fe, de la ley de Moisés a la ley de Cristo, del pecado a la gracia.

CLAUDIO BASEVI. INTRODUCCIÓN A LOS ESCRITOS DE SAN PABLO

En el siglo I d. C. Saulo, un judío perseguidor de cristianos, que también se manchó las manos de sangre en el martirio de San Esteban, fue tocado por Cristo.

Mientras se dirigía a Damasco, pues le habían ordenado perseguir a los cristianos de ahí, un resplandor del cielo le hizo caer del caballo dejándolo ciego, mientras que él y los que cabalgaban con él oían una voz que decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9, 1-20). Tras esta fuerte vivencia, Ananías, un sumo sacerdote judío, le impuso las manos en nombre de Cristo, lo que le devolvió la vista.

Saulo, quien será tras su conversión San Pablo, tuvo que quedarse ciego para ver. Aquel hombre violento, frío, pecador, fue transformado por la belleza de Cristo. Quedarse ciego le hizo renovarse por completo.

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Al menos tú, ámame

Por Guadalupe Belmonte, publicado en Cathopic.com

Si quieres aprender a amar, hay dos cosas que te debes tomar muy en serio: reparación y alabanza.

Cuando pienso en tantísimos defectos que tengo y el mal que le hago al Señor, me asombra que me siga queriendo. Realmente debería aborrecerme y sin embargo siento que no cesará nunca de desperdiciar su misericordia en mí.
¿Cómo puede ser que me pague con amor todo lo que hago? Es imposible permanecer indiferente a esta realidad, no quiero dejar solo al Amor que no es amado, su misericordia es la belleza más grande que conozco.

Tienes demasiado temor y eso es lo que le disgusta, Él quiere de ti una confianza amorosa.

SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

Sé que no soy perfecta, pero tengo un gran convencimiento de que entregándome a su Corazón no me equivocaré nunca, solo recibiré amor. Antes de tener que decidir yo misma qué hacer y equivocarme, me acojo a Él, para que haga conmigo lo que quiera, por que si hago su voluntad sé que recibiré mucho amor.

¿Te habías imaginado alguna vez que Dios tiene ganas de descansar en tu corazón? Te busca el Corazón que creó el mundo, que separó la luz de las tinieblas, que creó todas las bellezas, que nació en un portal de Belén, ese Corazón de Jesús que tiene un amor infinito por ti y por cada uno de los hombres. El amor es la respuesta al mal, tus debilidades y pecados los carga el Señor en la cruz por amor, para que puedas salvarte y estar a su lado toda la eternidad. Dios se encarnó y murió en la cruz para reparar los corazones de cada uno de nosotros. ¿Eres capaz de pedirle al Señor que te deje conocer todo lo que Él sufre y ayudarle a soportar todo aquello que hace por amor?

He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombre y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, solo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor. Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado.

SAGRADO CORAZÓN A SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

La característica de la misericordia, como explica santo Tomás de Aquino, es que uno considere los sufrimientos del otro como si fueran los suyos. Si entiendes esto, querrás corresponder a su amor. Querrás, a pesar de ser consciente de tus limitaciones, amar a Dios con locura y hacer que sea amado muchísimo. A mí me gustaría ser un soldado al pie de la Cruz, para protegerle de los daños, para que descanse de sus fatigas, para que nadie más le hiera.

Ser parte de su Guardia personal, para llevar por todo el mundo su amor y luchar porque más gente sienta su misericordia. Él ha abierto su Corazón por mí, no tiene puertas, está abierto hasta la eternidad y nos pide que acojamos su amor.

Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.JN 19, 34

La relación con el Señor es mucho más íntima si entendemos que dejarnos amar y que rezar haciendo reparación es lo que más nos une con la Divinidad. Para basar nuestra vida espiritual en algo que entusiasme y atraiga a todos los hombres y mujeres solo hay que dejarse amar por Dios. Permanecer junto a Él para consolarle por los daños que recibe y alabarle por todo cuanto es.

Estate siempre pronta y dispuesta a recibirme, porque quiero en adelante hacer en ti mi morada, para conversar y permanecer contigo.

SAGRADO CORAZÓN A SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

Jesús hizo promesas poderosas a Santa Margarita María, descubriendo lo que quiere entregar a quienes escuchen los deseos de su Sagrado Corazón.

Dios nos quiere dar muchísimos privilegios por adorarle debidamente, y extender su amor infinito por todo el mundo. La belleza del mensaje de amor de Dios atraerá a más almas a su Corazón, y las que están ya allí serán más fervorosas y podrán reparar y alabar mejor.

Como los Santos, transformar desde el corazón

Por Beatriz Azañedo, publicado en Cathopic.com

 

Tenemos muchas cosas y asuntos en nuestro día a día de los que ocuparnos y cumplir: el trabajo, el estudio, la familia, los amigos, los problemas y un largo etcétera. Pero, a pesar de todas esas obligaciones, tenemos y debemos incorporar otra más: cambiar, transformar nuestro entorno, la sociedad. ¡No es fácil pero sí es posible! Sigue leyendo

La tibieza de los corazones dormidos

Por Beatriz Azañedo, publicado en Cathopic.com

 

“Tibio: aquel que se comporta con indiferencia y se muestra poco afectuoso. Sinónimos de tibio: indiferente, insensible, desapasionado”.

En la vida elegimos, tomamos decisiones, que quizá hacen que nos equivoquemos o que triunfemos, pero siempre levantándonos e intentándolo.

Pero, ¿qué pasa con aquellos que no actúan, que tienen una actitud pasiva en la vida? Que ni actúan ni se dejan hacer por Dios, incluso que no hacen uso del don que nos ha sido regalado: la libertad. Sigue leyendo